Quinientos años han pasado desde que el hombre de piel blanca pusiera su pie en el continente de nuestros hermanos cuya piel era dorada por el sol.
Fueron esclavizados. Fueron masacrados. Fueron tratados como salvajes.
Quinientos años han pasado, la luna y el sol se han turnado en el horizonte muchas primaveras. Hoy muchos de nosotros comenzamos a preguntarnos quienes eran los salvajes realmente…
Auténticos hijos de Gaía. Conocedores de su gran privilegio. Vivian en armonía con la naturaleza.
Nuestros hermanos de piel roja. Profunda su sabiduría, comprendían el alma de todos los seres creados por nuestro Padre-Madre Dios, y los respetaban.
Padre Cielo (Sol), Madre Tierra. Hermano viento, hermana lluvia. Todos tienen un alma viva.
Fuego, aire, tierra, agua, rocas….seres vivos son. Si no puedes sentirlo tú, es que dormido está tu corazón.
Escucha cómo canta el viento en la montaña, o como se enfurecen las aguas sobre el mar. Y siente el crepitar de aquella hoguera, susurrándole a la luna su pesar.
Si la brisa te acaricia en la mañana, y la lluvia llamándote está, si no eres capaz de oirles en sus voces, es que dormido seguro tú estás.
Hermana lluvia, hermano río ¡Cuánta vida entregarás! Y vas lentamente regando las riveras, y las rocas a tu paso acariciarás.
A veces tan femenina, a veces tan fuerte. Te adaptas a la forma que te dan. Más que intenten estrujarte entre sus manos y ni gota de tu alma atraparan.
¿Quién no ha visto tus reflejos plateados intentando mil y un rayos atrapar?¿Quien no escuchó tu susurro, dulcemente, vereda abajo pasear?
La vida que surgió de tus entrañas, muy lejos de ti no se habrá de marchar. Sin ti no florece planta alguna, y los ojos de los niños su brillo apagarán.
Pero ¡oh! desdichados, sordos, ciegos ¿Qué te hicieron que regado de cieno negro has dejado tu cauce al pasar? Desdichados, te han manchado la cara, y tus lágrimas queman si las has de derramar.
Negros se volvieron los mares. Acida la lluvia caerá. Se irán secando los ríos y los arroyos se pudrirán.
¡Necios! ¿De que se creen amos? Piensan que toda vida pueden impunemente arrancar. No ven que se están suicidando por no saber tu lamento escuchar.
Llegará un día que con tu furia arrases ciudades, pueblos y arrabal. No quedará ser dormido. Por fuerza habrán de despertar y reconocer en ti a nuestra hermana a la que hemos de cuidar y respetar.
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