Desde la profunda angustia y dolor por la muerte temprana de un ser querido solemos preguntarnos ¿porque Dios se lo ha llevado de nuestro lado?.
De nada sirve la revelión y el alejamiento del consuelo divino. Tal vez la aceptación y el acercarnos más a Dios es el único bálsamo que puede calmar nuestro corazón herido.
No es tarea sencilla. Es toda una etapa de transformación y de introspección que puede acercarnos a nuestro Ser de Luz, o tal vez alejarnos si es que no se enfoca desde el lugar correcto.
Es tiempo de duelo y de consuelo.
Pero la muerte suele traer un regalo si se acepta desde la serenidad de espíritu y la clara mirada de un corazon abierto.
Nos posiciona desde un lugar más profundo en el que nos cuestionamos a cerca de la existencia humana. Se su finalidad y objeto.
Es un momento de reflexión. De poder valorar más claramente cuál es el sentido de nuestro paso por la vida.
Es el momento de preguntarnos que espera Dios de nosotros.
Tal vez de pensar si hubiesemos sido nosotros los invitados a abandonar esta existencias, habriamos cunplido con la tarea que se nos encomendo al nacer.
Dios está siempre abierto a nuestro dolor y nos escucha. Siempre nos contesta. Ddebemos estar atentos para aceptar su regalo.
Un abrazo de Luz,
Naina Vaunn
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