Yo le canto al otoño
porque es mi amigo
y ha cubierto las calles
de colorido.
Con sus aires más frescos
me ha contado
que el estío se ha ido
nos ha dejado.
Más no estoy triste
ni compunjido
porque el tranquilo otoño me ha traido
sinfonías alegres y pan cocido.
Y es que un manto crujiente
ha depositado
de purpura y magenta
el suelo llenado.
Y si vuelan las hojas en remolinos
porque un viento osado nos ha llegado
voltearemos corriendo por el camino
como niños jugando a pleno grito.
se afanan inquietos
recogiendo los frutos
del arbol viejo.
Al ejemplo de estos
el labriego baila
pues lleno su granero
de oro y grana.
Paseando tranquilos, desde un café
miraremos la tarde que va a caer
pintando de colores cada nuevo ocaso
despedirse de todos de modo grato.
1 comentario:
me encanta tu poema que bonito es tendras en invierno que hacer otro por el cambio de estación
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