"Maestro háblame de la Muerte"
La muerte es la gran ilusión porque la Vida no tiene opuestos.
Nada Real puede morir, nada irreal está vivo.
La Vida fluye desde el SER y nada puede quebrarla, nada puede oponérsele. Es invulnerable.
Solo la conciencia dormida ha sido engañada por el ego, el gran ilusionista camuflado, ese gran estafador.
La Muerte solo puede existir en el mundo ilusorio de maya, que la Mente, creyéndose separada, ha fabricado.
Y ni aun en este mundo irreal la muerte puede vencer a la Vida pues tan solo se trata de una puerta que franquea el paso desde el mundo material del cuerpo físico al mundo astral, mental y espiritual de los cuerpos superiores ( que también forman parte de la Gran Ilusión ).
El observador que somos, va saltando de sueño en sueño y la muerte es la puerta que utiliza.
Cuando una experiencia se ha agotado, la conciencia abandona el cuerpo que estaba utilizando para iniciar una nueva experiencia.
La Vida se encarga de llevarnos en sus brazos de aventura en aventura.
Pero para el personaje, que el ego nos ha hecho creer que somos, es una dura prueba que irrumpe en su presente, de forma inesperada y angustiosa, barriendo con toda la historia tan ansiosamente atesorada ( como una avaro guarda las monedas en su caja fuerte ).
Desde la profunda angustia y dolor por la muerte temprana de un ser querido el personaje se pregunta: ¿porqué Dios se lo ha llevado de nuestro lado?.
De nada sirve la rebelión y el alejamiento del consuelo divino. Tal vez la aceptación y el perdón sea el único bálsamo que puede calmar el corazón herido.
No es tarea sencilla. Es toda una etapa de transformación y de introspección que puede acercarle al Ser de Luz, o tal vez alejarle si se deja atrapar por el ego.
Es tiempo de duelo y de consuelo.
Es tiempo de sentir, sin permitir irrupciones del programa ego que intentara indagar porque o nos enviará pensamientos a cerca de la injusticia que ha cometido la vida.
Ante estos intrusos, que acechan cual lobos para devorar a nuestro niño herido, nuestra conciencia se une al Ser para decir: NO SE.
NO SE si debiera de haber vivido más, NO SE.
NO SE si la vida es injusta. NO SE
Declaro con humildad mi desconocimiento de las razones profundas de la Mente. Y desde esta humildad me vuelvo a los brazos del Maestro porque quiero ver de otra manera la Muerte, y elijo desde la Paz de mi Corazón la comprensión de Vida una.
Y me entrego a El, que está siempre abierto a nuestro dolor y nos escucha. Siempre nos contesta. Debemos de estar atentos para aceptar su regalo: la sanación de la Mente. ACEPTEMOSLO
Ante estos intrusos, que acechan cual lobos para devorar a nuestro niño herido, nuestra conciencia se une al Ser para decir: NO SE.
NO SE si debiera de haber vivido más, NO SE.
NO SE si la vida es injusta. NO SE
Declaro con humildad mi desconocimiento de las razones profundas de la Mente. Y desde esta humildad me vuelvo a los brazos del Maestro porque quiero ver de otra manera la Muerte, y elijo desde la Paz de mi Corazón la comprensión de Vida una.
Y me entrego a El, que está siempre abierto a nuestro dolor y nos escucha. Siempre nos contesta. Debemos de estar atentos para aceptar su regalo: la sanación de la Mente. ACEPTEMOSLO
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